Navarra por tradición y por historia es una tierra de grandes monasterios y pequeñas ermitas, de recoletos santuarios marianos y grandes catedrales, de iglesias fortaleza y basílicas. Una tradición que ha marcado a un pueblo. Visitar las catedrales de Pamplona y Tudela, las ermitas de Santa Maria de Eunate y Arnotegi, el santuario de Javier, las basílicas de San Ignacio y San Gregorio Ostiense o los monasterios de Leire, La Oliva y Fitero donde los monjes cantan en gregoriano puede ser otra forma de conocer esta tierra.